Para el tratamiento común de las enfermedades, lógicamente disponemos de un gran número de remedios mágicos. Algo fundamental que tenemos que tener es un albornoz, que convertiremos en mágico y que debe ponerse siempre que se encuentre enfermo.
Para personas temperamentales, sanguíneas y enérgicas, recomendamos albornoces de color verde o azul, ya que disminuirán sus estados de ansiedad y nerviosismo. Para personas apáticas, melancólicas o de carácter lánguido, lo ideal es un albornoz de tono amarillo, anaranjado e incluso hasta rojo, ya que con estos colores revitalizarán su energía.
NOTA: es fundamental que el albornoz tenga capucha para poder tratar dolencias relacionadas con la cabeza, ya que de esta manera podremos atender convenientemente dese afecciones bucales, hasta problemas psicológicos. Ni que decir tiene que dicha prenda debe ser de uno exclusivamente personal.
Sea cual sea la dolencia que tengamos, en primer lugar debemos quitarnos nuestras ropas habituales y cubrirnos con el albornoz, permaneciendo vestidos con él durante diez minutos para que condense la energía negativa que llevaos sobre nosotros.
Transcurridos esos diez minutos en los que habremos estado pensando en la zona que nos duele, nos despojaremos del mismo, procediendo a su introducción en una bolsa negra, a la que añadiremos pétalos de Amapola y flores de Geranio, pero si se diera el caso de no poder hallar las flores frescas, podríamos utilizar también su esencia, que encontraremos en cualquier tienda esotérica .especializada.
Someteremos nuestro albornoz a un proceso de lavado con agua caliente, centrifugado e inmediatamente lo sacaremos mediante la secadora en programa largo.
Si carecemos de secadora, efectuaremos dos centrifugados más a fin de acelerar el proceso de secado y tenderemos el albornoz al sol. En cuanto esté seco, debemos volver a ponérnoslo para que siga absorbiendo así nuestras dolencias.
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